Ángela Azarel Pérez Luna
Ángela Azarel Pérez Luna: Gis que Susurran Almas y Hojas Eternas
Originaria de Guanajuato, cuna de mineros y sueños tejidos en plata, Ángela Azarel Pérez Luna es una joven artista mexicana que, a los nueve años, halló en el gis un lenguaje secreto: un polvo de colores que se desliza como un río de emociones, capturando la vastedad de la naturaleza y los pliegues íntimos del corazón humano. Estudiante de alma inquieta y pincel incansable, ha erigido el arte como su faro, un medio para desentrañar reflexiones que brotan de la tierra fértil y el pulso efímero de los sentimientos.Su trayectoria, aún en flor, ya porta marcas luminosas: la participación en una muestra pictórica en la Universidad de Guanajuato, organizada y dirigida por la visionaria Elva de la Cruz Bonilla. Aquel encuentro fue un bautismo de fuego creativo, un espacio donde su voz se amplificó, fortaleciendo la confianza que late en cada trazo y avivando la motivación que la impulsa hacia horizontes más amplios. En el curso intensivo impartido por Elva —un remanso de maestría y entrega—, Ángela pulió sus técnicas con la delicadeza de quien afila una pluma de luz: aprendiendo no solo a manejar el gis como un aliado fiel, sino a infundir en él una claridad cristalina, transformando visiones nebulosas en narrativas que resuenan con verdad.Para Ángela, el arte es un puente invisible para los silenciados, especialmente los jóvenes que tropiezan en las palabras y anhelan ser oídos. En sus lienzos, el gis se erige como canal liberador: un torbellino de emociones y opiniones que se metamorfosea en obras vibrantes, llenas de vida y color, donde la melancolía de un bosque susurra consuelo y la furia de un sentimiento estalla en arcoíris de comprensión. Cree firmemente que, a través de la pintura, las almas encuentran eco, las ideas toman vuelo y el caos interior se ordena en belleza tangible.Ángela Azarel Pérez Luna no solo pinta; siembra jardines de empatía en el lienzo del mundo. Con cada capa de gis, nos invita a recordar que el arte es el lenguaje de los invisibles: un llamado a transformar lo inefable en eterno, a conectar corazones en la sinfonía de lo humano. En su joven sendero, Guanajuato late con promesas de un futuro donde el color no solo adorna, sino que sana y une.
• Título: Las emociones es un arte
• Medida: 30 x 30 cm
• Técnica: Acrílico
• País: México